Hoy
rondan algunos pensamientos medianamente pesimistas en mi cabeza, pensaba no
compartirlos, no amargarles el rato pero este blog y el twitter que hablan con
desenfado de la vida diaria de una mujer gorda es también para salvarme a mi.
A
veces –muchas veces- cansa no poder ser hermosa de principio, tener que
demostrar que eres hermosa para que entonces ellos se enamoren, no ser la
primer opción, ser la amiga buena onda que seguro tendrá amigas guapas para
presentárselas a los amigos que te gustan o alguna vez te gustaron. Luego tener
que ser fuerte y creer que aquello poco importa, que tienes derecho a sentirse
sexy (nunca hermosa, nunca bonita) pero al menos sexy, prohibida, pintarle los
labios de carmín.
Con
el tiempo vas desarrollando cierta maestría para identificar la mirada de los
hombres sobre las mujeres –las otras, nunca tú- sabes en el primer segundo si al
chico nuevo le gustó tu amiga, pero luego esto se vuelve engañoso, también se
vuelve una parte cómoda, aunque duela, parecemos estar más cómodas en ese
espacio donde de entrada sabemos que no le gustaremos a nadie y creamos una
barrera impenetrable donde solo nosotras sabemos el desenlace… Pero, ¿lo
sabemos realmente o somos demasiado cobardes para sonreír y guiñar el ojo?
Mentirían
si me dicen que cuando les gusta alguien no se preguntan inmediatamente “¿Le gustarán gorditas?”
encerrándonos, nosotras mismas en una sola condición, somos más que eso, sí, yo
lo recalco una y otra vez, mis ratos de ocio en twitter evidencian mi realidad
de gorda en lo cotidiano, pero la única intención es interiorizar todo este
tema, hablarlo, enunciarlo para que deje de ser un pensamiento condicionador de
actos.
Estos
pensamientos vienen una y otra vez, y es que como ya he dicho aquí, los
prejuicios los formamos nosotras mismas, y la conquista de sí misma es a diario, creer en
la parte más luminosa de la historia se debe hacer con convicción, sin dar
pasos en falso, sin dar un paso atrás.
A veces pareciera que nuestra única carta a jugar es que "somos lindas por dentro" y entonces aquello se vuelve más penitencia que nada, porque resulta que vivimos en un mundo donde cada vez se mira muchísimo menos al interior y se vive de lo inmediato. El asunto es que nosotros somos quienes hacemos al mundo, nosotros somos quienes consumimos lo que forman nuestros criterios de belleza, tenemos un gran trabajo y habrá que empezar por creer que somos lindas y ya está.
A veces pareciera que nuestra única carta a jugar es que "somos lindas por dentro" y entonces aquello se vuelve más penitencia que nada, porque resulta que vivimos en un mundo donde cada vez se mira muchísimo menos al interior y se vive de lo inmediato. El asunto es que nosotros somos quienes hacemos al mundo, nosotros somos quienes consumimos lo que forman nuestros criterios de belleza, tenemos un gran trabajo y habrá que empezar por creer que somos lindas y ya está.
¿Y
ustedes, nenas, cuántos pasos atrás han dado?, cuéntenme sus historias de amor
fallidas o no.
Besos extragrandes.
Somos luz. Superxlwoman.